viernes, 19 de noviembre de 2010

El Día D el espejo.


Teníamos que llevar un espejo como material para clase de seminario, ¿Pero para qué?? ¿Para qué necesitamos un espejo para clase? ¿Como seria la clase de hoy? Son preguntas que nos hacíamos todos los compañeros al dirigirnos hacia la clase. Pues tendríamos que esperar un poco para que se nos despejaran las dudas.
 Para empezar nos dijo que dibujáramos una flor y una casa. Casi todo el mundo, como Ángel se esperaba, dibujo una flor de margarita (como yo) y una casa (como vemos en la imagen de mi compañera).


 
Esto era muy fácil, y me sirvió para ver que aunque existen muchas formas de casas y flores, muchas veces vamos a los estereotipos de las cosas. La siguiente propuesta ya no resulto tan fácil. Consistía en dibujar (sin mirar al folio) una persona del sexo opuesto. Yo al principio creí que era broma, pero no, todos a dibujar sin mirar. En mi opinión es una cosa extremadamente difícil ya que pierdes las medidas y las proporciones y aunque no separes la punta del papel pierdes la referencia rápidamente. Es fácil hacer un lado del cuerpo más largo que el otro lado como se aprecia perfectamente en mi dibujo:


Después de ver nuestros ‘catastróficos dibujos’ es el momento de sacar el misterioso espejo.
Nuestro primer trabajo con él será el de hacernos un autorretrato con solo su utilización, tendremos que dibujarnos mirándonos al espejo. Me gusto mucho autorretratarme con un espejo y aunque el resultado no se aproxime  demasiado a la realidad, la dificultad de dibujar mirándo en un espejo me gusto sorprendentemente.



El último trabajo de la clase me demostró en un ejemplo claro y sencillo de que se puede distorsionar la realidad, ya que la realidad muchas veces es relativa y si solo te basas en la información que te proporciona una persona más aun.
Nosotros nos tuvimos que situar en fila en las mesas, solamente con un folio, un lápiz y nuestro espejo sobre ella. Ángel a la primera compañera le dijo algo en la oreja y cuando acabo de decírselo, esta se puso a dibujar algo en el papel. Con el espejo, el compañero situado a la derecha, tenía que dibujar lo que viera en el papel del compañero de la izquierda.
Estos fueron los resultados por orden de la fila en la que situé yo.








Ángel le dijo al oído a la primera dibujante, que tenía que dibujar un puente de 8 ojos con un castillo al final.
Como observamos claramente en la secuencia de dibujos existe una gran distorsión de la realidad, y por cada persona que pasaba, cambiaba un poco la realidad de el dibujo en sí.

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